A fines de marzo en Buenos Aires se realizará una apostasía colectiva en donde cientos de personas le pedirán a la Iglesia Católica que borre sus datos personales de sus registros. Conversamos con organizadoras de esta acción, también con Marta Alanis, representante de Católicas por el Derecho a Decidir y cómo es resistir y disentir desde el interior de la Iglesia, y con Alejandra Sardá-Chandiramani quien nos cuenta por qué decidió apostatar.
Por Gabriela De Cicco
"AWID: ¿Cómo surge la idea de realizar la apostasía?
Paula Torricella: A fines del año 2008 las feministas que participamos en la lista electrónica de la RIMA - Red Informativa de Mujeres de Argentina, rebalsábamos de indignación luego de que el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, vetara la ley promulgada hacía pocos días, apoyada por un amplísimo espectro político, que legalizaba el aborto hasta los tres meses de gestación. La Iglesia Católica había amenazado con excomulgar a los políticos que apoyaran la ley. ¿Se hizo eco Tabaré de esa amenaza o simplemente no resistió la tentación de imponer a todo el pueblo sus propias convicciones, católicas también? En cualquier caso, quedó en evidencia el poder de intervención que tiene la iglesia católica en la vida democrática, imponiendo sus dogmas sobre católicos y no católicos por igual y obstaculizando el ejercicio de la libre conciencia y la autonomía de ciudadanos y ciudadanas. Contra ese poder de intervención, absolutamente ilegítimo (aunque es un aparato político, nadie votó a la iglesia) es que quisimos manifestarnos.
En Argentina habíamos tenido episodios similares, aunque no tan simbólicos: la iglesia obstaculiza abortos que la ley permite, la distribución de anticonceptivos y la implementación de la educación sexual; insulta al colectivo LGTTBI y al mismo tiempo defiende abusadores, violadores, genocidas.
Creo que la idea de realizar una acción visible contra estas prácticas de la iglesia se coaguló con el veto de Tabaré, pero la indignación venía de antes.
Cecilia Galcerán: Es preciso remarcar que fueron feministas las que tomaron la posta de esta acción a la que inmediatamente se sumaron militantes y activistas ateo/as, activistas de movimientos de diversidad sexual y personas que no pertenecen a ninguna organización. Así el movimiento se puso a rodar por distintos espacios sociales, prendiendo rotundamente en aquellas personas, y en aquellos movimientos y organizaciones de lucha que son más concientes de la injerencia de esta institución opresora que es por definición la Iglesia Católica, en las políticas de derechos de humanos y ‘‘de humanas’’."
Página de la acción de apostasía.